lunes, noviembre 27, 2006

“...de hielo y piel”

{...Donde el final es el ciclo al pie del infinito...}

...Francachela irreal son las voces de la mente, voces que colman el silencio, con marchas a tu vista diferentes. La lluvia cae encadenada...Cae, cae y rompe sus gotas cual demente enamorada...Llora y deshace los rayos del sol, mientras besa tus manos y susurra su tierna canción. Canta fiera, la provocadora de sueños, Llora sus diamantes que chocan y llenan el vasto llano en redor, que al tocar el suelo, del mundo entero se hacen dueños...

¡OH, la líquida sonrisa!

-Vuela, se regocija y canta..., el sentimiento que en versos me atrapa.

¡OH, los mares alegres!

-En los cielos que gritan cuando escampa.

¡OH, la brisa!

¡OH batallas!

-Llanto de dioses, retorna a mis entrañas.

¿Acaso alguna vez regresará?

...Así habaron las voces de la razón, mientras caminaba sumergido en los recuerdos (contigo a mi lado), mojándome y leyendo del pasado los tormentos, clavados en versos, repletos de funesta pasión...:

...Entre el llanto celeste, de amor el regocijo habla, cuando al verte, mi corazón clama; ¡OH amante y dueña de mis momentos!, que congelas los instantes y los tornas en inciertos...; a ti, a quien mi pensamiento se dirige y por quien mi alma, terribles tormentos se inflinge..., a ti..., con quien no sé hablar de amores y sólo me resigno cegado a sentir de mi corazón los candores; ...suspiro, y asteriscos son los que atrapan mi clamor..., las palabras negadas a dejar su recinto y de mi cuerpo el reptante temblor; mas, al palpar la empírea sonrisa que en tu rostro descansa, con áureos fulgores y algarabía insana, de mis cielos habrá de hacer su eterna morada..., ¡Ay! mi penitencia, de los cielos el llanto...y de mi cuerpo: la tormenta adorada.

...Veo que no comprendes que a tus ojos he obsequiado el sentimiento, a ti, que hurgas en las flagrantes confidencias de mi corazón..., y ahora, observo que el silencio es la mirada de tus labios, de las voces..., resonantes en atavíos inexistentes, forzados y permeados de universalidad...descalzos...en los latidos enmudecidos del tiempo...; y no hablas, no existen en tu tacto: la esperanza y lo puro..., no, en ti no existen las palabras.

...En simultaneo golpeteo, detrás de nosotros el trueno grita la distancia del destello, y las cadenas no cesan su llanto; rompen los silencios y se derrumban una a una sin cesar...; se arrojan y beben con tierno devaneo del brillo del cabello..., desfallecen y acarician el rostro, lavándolo de impura sal...; caen en arpegios de llanto..., bajo el embrujo de la tarde sin sol, y con el suelo copulan, para que niebla sea el fruto de su frío corazón...frío, cual el tuyo, en cuya piel, montes…de sal…son tus entrañas…

Inútil veo mi tiempo, al mostrarte, en mi ser: …de hiel las yagas… ¡Ay!...a ti que callas, y que en sueños de ajenjo el tiempo has dejado atrás, bajo el golpeteo sensual de dulces lágrimas celestes..., a la espera de recuerdos malgastados…de caricias recibidas por la mente…; pues esta noche, surcando pantanos citadinos, tú eres mi confidente; mientras el trueno llora y esparce su eco a través de larga espuma de cielo…interminable…perpetuo…, pues los sentidos nos engañan por completo…; inefable es escuchar al hijo del rayo, contando su historia en terso murmullo…, cual manso felino capaz de calmar la furia…, el horror de los recuerdos, con su voz que nos llama y dice: -Ven a mi vientre tibio, que mi dulce suspiro será tu tierno arrullo…ven y duerme al lado mío, que el viento hará de ti como el lago al lirio…-

…De pronto, el sueño adormece súbitamente mi charla, y cayendo sobre la humedad del pasto y sus bebederos de vida encharcada, todo es distinto; inmutable y transparente el agua es; bajo los ojos, las naves en orden perfecto, cual metálico osario se pueden ver, mas, apiladas las bestias bajo mi barca, increíble parece que en mi extraño mundo, la percepción de la escena no esté del todo bien…, con la lógica creencia en aquel orden perfecto, en el cual, líquido en vuelo y brisa ligera no pueden ser verdad…, debe ser un sueño, lo que veo y con mis sentidos pruebo, no puede ser obra de la realidad, y ahí, tu voz aparece ante mis ojos, en frases que se escriben en espirales de espectral belleza, que para mi ser, es un dulce embrujo… -¡despierta, despierta!- me dices, -¿que te ocurre, por que no me contestas?-…; no me llames, no quiero despertar…, permíteme observar el agua un momento…, mirar el meteórico bombardeo sobre el océano de diamantes, con mi desnudo torso y el corazón llorando contento, que tocar sus gotas quiero, ellas que sobre el agua ejercen sus gloriosos embates…, probar sus verdes sales quiero, su terso sabor de mar…; deseo sumergirme…, volar en su líquida sonrisa y gravedad de sal…; tomar quisiera el bautismo primigenio, el de las aguas de lo eterno, y de todos…el más veraz…; comprende que en vigilia no deseo estar ya; en súbito trance he caído, y las lágrimas de cielo conforman el arrullo y perfecto velo…; no, no quiero despertar…

por Cristián Méndez, uno de mis amigos más entrañables y parte de mi familia en la facultad. Ambos somos de corazones frágiles y muy parecidos en otros aspectos. Actualmente tiene una novia que es una belleza y a quien también he adoptado como parte de mi familia. Un grande con la pluma y le gusta escribir a la vieja usanza (con una pluma y papel)

Que lo disfruten y saludos a todos.